El Deep Plane Facelift es uno de los procedimientos más innovadores en cirugía plástica facial. A diferencia de las técnicas tradicionales, que actúan principalmente sobre la piel, esta técnica trabaja en un plano más profundo, reposicionando los músculos faciales y los tejidos internos para lograr resultados naturales, duraderos y armónicos.

¿En qué consiste el Deep Plane Facelift?
Durante el procedimiento, el cirujano accede al plano profundo de la cara, liberando los ligamentos que causan la flacidez y reposicionando los tejidos en su lugar original. Esto permite:
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Restaurar el contorno facial sin el efecto “estirado” artificial.
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Mejorar de manera significativa la zona de las mejillas y la línea mandibular.
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Tratar la flacidez profunda, que las técnicas superficiales no corrigen por completo.
Beneficios principales
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Resultados naturales: Al reposicionar los tejidos internos, el rostro luce rejuvenecido sin apariencia rígida.
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Mayor duración: Los resultados pueden mantenerse durante más tiempo en comparación con los liftings tradicionales.
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Rejuvenecimiento integral: Se trata no solo la piel, sino también la estructura facial.
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Recuperación progresiva: Aunque es una cirugía avanzada, el tiempo de recuperación es bien tolerado por los pacientes.

¿Quiénes son candidatos ideales?
El Deep Plane Facelift está recomendado para pacientes que presentan:
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Flacidez moderada a severa en el rostro y el cuello.
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Pérdida de definición en la línea mandibular.
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Surcos nasolabiales pronunciados.
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Deseo de obtener un resultado natural y duradero.
Recuperación
La recuperación varía según cada paciente, pero en general, los moretones y la inflamación disminuyen significativamente en las primeras dos semanas. El resultado definitivo puede apreciarse entre los 3 y 6 meses posteriores al procedimiento.